Jornada IV

CRÓNICA PARTIDO

PENYAGOLOSA vs PATERNA CIENCIAS

26-19

Difícil resumir todo lo vivido en el partido de ayer. Como espectador de la primera parte (y juez de línea) solo puedo constatar que el nerviosismo nos tracionó otra vez. Especialmente en la primera parte, pero también en algunos otros momentos y de manera contundente en el tramo final del partido.

Si bien no es una novedad decir que la competición es capaz de bloquear a los grandes jugadores, tampoco lo es decir que deshacerse de esa presión es también propio de los que llegan a ser grandes ganadores. Les dejo a continuación con la reseña del capitán "paternero" Guillermo:

<<Tras un distraído calentamiento el Paterna Ciencias empezó el partido concentrado y apretando al rival en numerosas oportunidades, pese a las persistentes y continuas críticas que se escucharon dentro el campo entre sus propios jugadores. Sin embargo, tras el primer ensayo en contra, fruto de un error de concentración, el equipo consiguió centrarse en el juego dejando de lado las críticas y acusaciones para centrarse en el juego y acabar la primera parte con el marcador muy ajustado y haciendo sufrir al rival con un juego caótico pero efectivo.

La segunda parte empezó con un terrible desbarajuste del Paterna Ciencias que impulsó las ganas del rival por asegurar la victoria, consiguiendo, con su buen hacer, adelantarse sacando una distancia en el marcador que a la postre resultaría insalvable. Las varias infracciones del equipo y el juego del Vila-real-Penyagolosa encerraron al 15 paternerno en su 22 que, sin ideas, dejaron que pasasen los minutos sin conseguir poner el juego en campo contrario.

Los minutos finales, sin embargo, se repusieron, logrando acabar el partido en la línea de cinco rival. Tres ataques infructuosos plagados de malas decisiones pero empapados del entusiasmo de verse tan cerca de una victoria resultaron demasiado pesados, haciendo sucumbir al equipo en la última jugada, a punto de entrar, por la falta de comunicación entre sus jugadores para concretar una última jugada que, a lo sumo, habría empatado el partido.

Buenas sensaciones en la actitud de los jugadores que supieron sobreponerse a sus propios vicios y lograron armar ataques efectivos que, si bien no acabaron en ensayos, sí hicieron daño al rival.

Sin embargo las múltiples pérdidas de balón, ya fuese por pases malos, rucks perdidos, golpes en contra o la sempiterna rifa de balones característica del equipo, auténtica marca genética que acompaña al conjunto en los últimos años, acabaron impidiendo que el juego fuese más fluido y limitando las posibilidades de un equipo que, hasta el final, dio muestras de poder haber dado más.>>

Gracias Guillermo por tus palabras.